Durante apenas un segundo, iluminó la noche madrileña como si fuera de día. El Grupo de Observación de Bólidos y Meteoros de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) acaba de difundir el vídeo que muestra el espectacular destello que causó la explosión de un objeto celeste durante la madrugada del pasado viernes, y que fue visible en buena parte del país, sobre todo en la zona centro.
Aunque es prematuro para asegurarlo, Alejandro Sánchez de Miguel, astrofísico del centro, cree que casi con toda seguridad se trató de un fragmento de cometa. Según explicó a ELMUNDO.es, se trata del bólido o bola de fuego más brillante jamás detectado desde España.
A pesar de que en un principio se habló de la posibilidad de que fuera un meteorito (es decir, que la roca llegara a tocar tierra) el investigador cree que el fragmento de hielo se desintegró en la atmósfera y no sobrevivió ningún resto. Por ello, aunque todavía hay que llevar a cabo un estudio del fenómeno, considera muy improbable que puedan hallarse restos de la caída.
Las imágenes difundidas por el observatorio madrileño, situado en la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM, fueron grabadas el 13 de julio a las 2.05 horas de la madrugada, cuando no había ningún investigador en el edificio. Este centro forma parte de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN), desde la que se realiza el seguimiento de estos objetos.
La potencia del estallido permitió que también se obtuvieran grabaciones en otras estaciones de la red. En total, se recabaron datos desde nueve centros: Sevilla, Huelva, Arenosillo, Madrid, La Hita, Villaverde del Ducado, Sierra Nevada, Bootes-1 y La Cañada. Sevilla fue la primera en dar la alarma.
Numerosos testigos presenciaron el fenómeno, como reflejaron las redes sociales. Los servicios de emergencia también recibieron numerosas llamadas de ciudadanos alertando de la caída de un meteorito. Según el SPMN, la onda de choque generó un fuerte estruendo que pudo sentirse en algunas zonas segundos después de que se iluminase la noche.
La cautela, señala, es importante a la hora de clasificar estos fenómenos y de afirmar que ha caído un meteorito o se han encontrado restos. Y es que "podría haber un interés por parte de determinadas personas para intentar incrementar el valor crematístico de las muestras meteoríticas para que, al asignarlas con un evento que ha tenido repercusión mediática (por ejemplo, el bólido) los museos o investigadores se interesen por ellas", señala a este diario a través de un correo eléctronico. "A veces, determinados investigadores, en su afán por abordar algo nuevo también pueden incurrir en ello, dando por válida dicha asignación entre meteorito y bólido sin las evidencias y pruebas científicas previas que lo avalen, basándose en la simple declaración de la persona portadora del ejemplar", advierte.
Según explica Martínez-Frías en uno de sus trabajos, "es muy importante resaltar que, incluso aunque exista una bola de fuego espectacular que constituya un avistamiento multitudinario, no se debe hablar de meteoritos hasta que no existe un ejemplar que ha podido ser estudiado y se ha verificado su origen extraterrestre. Además, los casos en que se ha producido un evento de tipo bola de fuego y simultáneamente ha tenido lugar un impacto meteorítico visible son muy escasos, contados con los dedos de las manos en toda la historia de la meteorítica", recuerda.
Aunque es prematuro para asegurarlo, Alejandro Sánchez de Miguel, astrofísico del centro, cree que casi con toda seguridad se trató de un fragmento de cometa. Según explicó a ELMUNDO.es, se trata del bólido o bola de fuego más brillante jamás detectado desde España.
A pesar de que en un principio se habló de la posibilidad de que fuera un meteorito (es decir, que la roca llegara a tocar tierra) el investigador cree que el fragmento de hielo se desintegró en la atmósfera y no sobrevivió ningún resto. Por ello, aunque todavía hay que llevar a cabo un estudio del fenómeno, considera muy improbable que puedan hallarse restos de la caída.
Las imágenes difundidas por el observatorio madrileño, situado en la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM, fueron grabadas el 13 de julio a las 2.05 horas de la madrugada, cuando no había ningún investigador en el edificio. Este centro forma parte de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN), desde la que se realiza el seguimiento de estos objetos.
La potencia del estallido permitió que también se obtuvieran grabaciones en otras estaciones de la red. En total, se recabaron datos desde nueve centros: Sevilla, Huelva, Arenosillo, Madrid, La Hita, Villaverde del Ducado, Sierra Nevada, Bootes-1 y La Cañada. Sevilla fue la primera en dar la alarma.
Una explosión a 40 km. de altura
Según explica el investigador, las cámaras del centro detectaron el objeto cuando se encontraba a unos 100 kilómetros de altitud, aunque la visión más espectacular de este fenómeno se produjo cuando se situó a unos 40 kilómetros de altura. En ese momento, como se aprecia en el vídeo, hizo explosión provocando un enorme destello. El objeto colisionó con la atmósfera de la Tierra a una gran velocidad, lo que provocó que su temperatura aumentara de forma espectacular, superando los 4.500º C.Numerosos testigos presenciaron el fenómeno, como reflejaron las redes sociales. Los servicios de emergencia también recibieron numerosas llamadas de ciudadanos alertando de la caída de un meteorito. Según el SPMN, la onda de choque generó un fuerte estruendo que pudo sentirse en algunas zonas segundos después de que se iluminase la noche.
Cautela al hablar de meteoritos
Jesús Martínez Frías, investigador del Centro de Astrobiología (CSIC/INTA, asociado al NASA Astrobiology Institute), cree que efectivamente, podría haber sido un fragmento cometario, aunque "a efectos de rigurosidad científica", prefiere esperar a que se publique la investigación al respecto antes de emitir una opinión, "sobre todo cuando ya hay otros colegas que están sobre el tema".La cautela, señala, es importante a la hora de clasificar estos fenómenos y de afirmar que ha caído un meteorito o se han encontrado restos. Y es que "podría haber un interés por parte de determinadas personas para intentar incrementar el valor crematístico de las muestras meteoríticas para que, al asignarlas con un evento que ha tenido repercusión mediática (por ejemplo, el bólido) los museos o investigadores se interesen por ellas", señala a este diario a través de un correo eléctronico. "A veces, determinados investigadores, en su afán por abordar algo nuevo también pueden incurrir en ello, dando por válida dicha asignación entre meteorito y bólido sin las evidencias y pruebas científicas previas que lo avalen, basándose en la simple declaración de la persona portadora del ejemplar", advierte.
Según explica Martínez-Frías en uno de sus trabajos, "es muy importante resaltar que, incluso aunque exista una bola de fuego espectacular que constituya un avistamiento multitudinario, no se debe hablar de meteoritos hasta que no existe un ejemplar que ha podido ser estudiado y se ha verificado su origen extraterrestre. Además, los casos en que se ha producido un evento de tipo bola de fuego y simultáneamente ha tenido lugar un impacto meteorítico visible son muy escasos, contados con los dedos de las manos en toda la historia de la meteorítica", recuerda.
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